Texto por Santiago Tadeo Cervera
Hizo del rap sureño una fuerza comercial en una época, mediados de los 80, en la que Nueva York mandaba. Contribuyó a definir y popularizar estilos que en adelante serían tan influyentes como el Miami bass o el booty rap, y fue una propuesta pionera en la introducción de sexo explícito en el contexto del hip hop. No obstante, es uno de los grupos más polémicos de la historia del género, y es inevitable que así sea: como tristemente ocurre en demasiadas propuestas de hip hop, abundan los comentarios misóginos, sexistas y, en definitiva, que reducen a la mujer a un pedazo de carne con el que disfrutar/abusar. Merece la pena discutirlo.
EL SEXO COMO FILÓN
“Mucha gente seguía acercándose a alguno de nosotros y nos decía cosas como: «hey, vosotros fuisteis mi introducción a las mujeres. Mis padres me quitaron mi disco cuando era un niño y lo rompieron, y yo me compré uno nuevo esa misma noche»”. Eso es lo que recuerda, orgulloso, Chris Wong Won, conocido como Fresh Kid Ice en cuestiones musicales, uno de los fundadores del grupo. Esa es también una frase que resume bien el impacto que tuvo la llegada de 2 Live Crew, más concretamente, sus letras de sexo explícito. Los adolescentes escucharon su música boquiabiertos, sorprendidos por sus comentarios de índole pornográfica, a los que habitualmente no tenían acceso, al menos, no en su colección de discos. En cambio, es comprensible que sus padres no quisieran ni oír ni hablar del grupo, que les horrorizase que su hijo escuchase ese tipo de música. Puedo comprender ambas posturas, la rebeldía (y estupidez) derivada de la adolescencia y la reacción escandalizada de los padres. Escuchadas ahora, esas letras ni impactan ni sorprenden, y dudo que escandalicen a alguien, pero para comprender el fenómeno que supuso hay que retroceder hasta 1986.
La escena hip hop no se parecía mucho a la que hoy conocemos: no era habitual que una propuesta establecida en Miami tuviese algo de repercusión, y todavía menos a nivel nacional. Ese fue el año y la ciudad en la que la segunda formación de 2 Live Crew (DJ Mr. Mixx, Fresh Kid Ice y Brother Marquis) inició su carrera discográfica. Lo hizo con la ayuda del representante Luther Campbell, aka Luke Skyywalker, que no tardó en unirse al conjunto, y en calidad de líder, además. Las crónicas dicen que fue este último el que vio en el sexo un filón, cosa que se reflejó en el debut del cuarteto, ‘2 Live Crew Is What We Are’ (1986). No tuvo apenas promoción, ni presencia en radio y televisión, por razones obvias; pero aun así llegó a ser Disco de Oro gracias a la más efectiva de las campañas publicitarias que existen: el boca-oreja. En este caso, esas bocas y orejas pertenecían a adolescentes deseosos de romper las normas y cumplir con sus ritos de paso: descubrir el sexo es una forma fácil de pasar de niño a adulto.
Ahora bien, fijándonos en las letras solo contamos la mitad de la historia. Había más, y lo segundo que llama la atención es la producción. No puede ser más sencilla y, sin embargo, más efectiva. Una caja de ritmos barata, probablemente una Roland TR-808, que escupe una rápida base rítmica, y ya tenemos una de las primeras propuestas de esa música que se denominó, en honor al lugar en que nació, Miami bass. La crítica anglosajona prefiere el término bass music, enfatizando su gran característica, unas líneas de bajo que ponen a prueba incluso a los mejores equipos de sonido. Pero sigue sin ser todo, pues 2 Live Crew también popularizó y definió el booty rap, y ya os podéis imaginar en qué consiste. En efecto: música para mover el culo, cosa que el grupo deja bien claro en las letras de muchos de sus temas. Y también podemos sumar a sus hallazgos la creación del dirty rap, denominado así por su contenido sexual, pero ese nombre no me convence, puesto que no creo que el sexo sea sucio (a no ser que se haga bien, como dijo Woody Allen). Por último, y aunque en ese aspecto no fuese pionero, pocos grupos representan mejor la vertiente festiva del hip hop. Podemos encontrar alguna excepción en su discografía, pero prácticamente todos sus temas están pensados por y para la fiesta.
¿OBSCENOS?
En 1989 se edita su tercer álbum, ‘As Nasty As They Wanna Be’, título-declaración de intenciones. Incluye el hit “Me So Horny”, máximo exponente del booty rap, del Miami bass y de cualquier estilo con el que se asocie a 2 Live Crew. Pero parece que ya no se le va a tolerar más su contenido sexual. Los grupos conservadores, entre ellos la American Family Association, presionan al gobernador de Florida, Bob Martinez, pidiéndole que tome medidas. Este, sabiendo los votos que se juega de no hacer nada, utiliza su influencia y consigue que un juez declare que, según las leyes del estado, el álbum es obsceno y, consecuentemente, su venta queda prohibida. Días después, Nick Navarro, sheriff del condado de Broward, detiene al propietario de una tienda de discos, Charles Freeman, que le vendió una copia del álbum a un policía encubierto. Pero eso es solo el principio, pues tres miembros de 2 Live Crew fueron arrestados por interpretar en directo temas del disco, lo que querría decir, según las leyes de Florida, que era una actuación obscena. Finalmente todo se resuelve, y tanto Freeman como los MC’s son absueltos. Pero el escándalo ya se ha producido, y la polémica que suscitan las detenciones impulsa las ventas del álbum, que llega a ser doble Disco de Platino. Una vez más, queda demostrado que lo prohibido vende, que no hay nada más deseable que aquello que nos dicen que no podemos tener, y si el LP en cuestión ha sido declarado ilegal, se vuelve un objeto especialmente deseable.
El grupo respondió con su siguiente trabajo, ‘Banned In The U.S.A.’ (1990), en el que figura la pieza homónima, cuyo contenido ya adivinaréis, además de un recuerdo al gobernador de Florida, “Fuck Martinez”. Curiosa sucesión de hechos para una propuesta que, como aseguró tiempo después Fresh Kid Ice, “solo hacía música para las personas y los fans, hacíamos música festiva, buena y divertida, música que será buena para los clubs, música que permanecerá mucho tiempo”. Salvo esto último, imposible no estar de acuerdo con él. Y hasta ahí llega la historia del grupo. Grabó varios álbumes más, el último de ellos, ‘The Real One’ (1998), con solo dos miembros supervivientes, Brother Marquis y Fresh Kid Ice, pero sus ventas fueron siendo cada vez más pobres, y la crítica hacía ya tiempo que se había olvidado de ellos. En 2009 el dúo restante anunció la edición de un nuevo álbum, ‘Just Wanna Be Heard’, y el título ya da idea de lo humildes que se habían vuelto sus expectativas. Para sus seguidores, siempre será divertido recuperar sus clásicos. Para sus detractores, seguirá siempre siendo “pornografía con beats”.
DISCOGRAFÍA SELECCIONADA:
2 LIVE IS WHAT WE ARE (LUKE SKYYEWALKER RECORDS, 1986)
Aquí empezó todo, y cuando digo todo, me refiero al booty rap, al sonido Miami bass, al rap sureño como fuerza comercial y, por supuesto, al rap explícitamente sexual, ese que la crítica anglosajona denomina dirty rap (rap sucio, literalmente). El cuarteto creó un álbum debut en el que ya había definido su propuesta, su particularísima concepción del hip hop, de modo que ya dejó claras sus prioridades, las ejemplificadas en temas como “We Want Some Pussy!!” o “Get It Girl”.
AS NASTY AS THEY WANNA BE (LUKE SKYYEWALKER RECORDS, 1989)
A la tercera fue la vencida. Esta es la obra cumbre del rap pornográfico, del hip hop creado por y para la fiesta, para el entretenimiento puro. Más dosis de misoginia, sexismo y sexo explícito para el disco de la polémica. Moralmente es complicado defender un álbum así, pero es evidente que se trata de un clásico del género, necesario para entender la evolución del rap sureño durante la siguiente década. Incluye el hit “Me So Horny”, el gran tema de booty rap.
BANNED IN THE U.S.A. (LUKE RECORDS, 1990)
Nacido como reacción a los arrestos y al intento de censurar su anterior disco, el grupo tomó prestado “Born In The U.S.A.”, de Bruce Springsteen, para crear “Banned In The U.S.A.”. Mitad parodia, mitad himno de protesta, fue una enérgica defensa de su libertad de expresión, además de un recuerdo de la primera enmienda. Eso sí, en el resto del disco vuelven a su tema de siempre, el sexo o, directamente, la mujer convertida en un trozo de carne con el que disfrutar.
SPORTS WEEKEND: AS NASTY AS THEY WANNA BE, PART II (LUKE RECORDS, 1991)
Este fue el último álbum que tuvo alguna repercusión y unas críticas mayoritariamente favorables. Fue un desesperado intento por repetir el éxito de la primera parte, cosa que no logró, pero lo más preocupante es que, artísticamente, resulta bastante menos inspirado e interesante. Figura algún tema aceptable, como “Pop That Pussy”, pero el resto es una repetición tras otra. A partir de entonces, editó tres álbumes de estudio más, pero puedes prescindir de ellos sin remordimientos: no te pierdes gran cosa.
Artículo publicado originalmente en el número 12 de Hip Hop Life