Kase O. “Hermano Amor”

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Veamos: Javier “Kase O” Ibarra se pira, se da un respiro, hace bomba de humo, se larga… Bueno, quizá no él propiamente dicho, pero sí parece que la gira “El círculo”, con la que el de Zaragoza lleva recorriendo la península y Latinoamérica los últimos 2 años largos echa el cierre. Estuvo bien mientras duró…

Por Dobleache / HHL Team. Fotos por Gustaff Choos

(Kase O, Palau Sant Jordi, Barcelona, 29/12/2018)

Aunque la travesía llegue a su fin y Javato y cía se tomen el merecidísimo descanso, algo me dice que a la más mínima oportunidad volveremos a ver algún cartel con alguna fecha que resucite el bolo para la ocasión. Mientras, a los afortunados nos quedarán momentos como los vividos el pasado diciembre. Instantes para recrearnos en el éxito de un rapero que, acercándose a la cuarentena y con el principal respaldo de sus más de 25 años en el “mic-erre-o” ha conseguido llenar aforos, colgar carteles de “no hay entradas” y lograr hitos hasta hace bien poco solo al alcance de MC’s patrocinados por multis del otro lado del Atlántico. Y ojo, que no es un reproche a quienes tienen la posibilidad de rodearse de semejantes posibles. Si acaso solo eso, reconocimiento y orgullo de aquellos que han sido ninguneados por una industria que ahora les hace la inevitable y oportuna ola.

El fin de gira en el Palau Sant Jordi se antojaba otra gran parada, tal y como fue la de Madrid, aunque en la cita capitalina se subiesen al carro Rozalén, Najwa Nimri, Xtragos (telonero invitado), Sho Hai y Xhelazz y en la Ciudad Condal solo estuviesen los mencionados rappers. Pero los que por allí se asomaron fueron igual de bienvenidos que añorados los citados. No, a Félix el extraterrestre no se le echó de menos, pero casi, dada su presencia fugaz onstage.

La verdad es que todo salió redondo o así lo percibimos los que lo escriben. El sonido (el eterno “pero” en cualquier bolo de esas dimensiones y más si de rap se trata) respondió desde que la música de espera la firmaban Geto Boys, Alchemist o Evidence hasta que “el Michael Jordan del rap” (El Momo dixit) apareció sobre las tablas, pasando por la propuesta de un Xtragos (con DJ Fleki Flex ), cuya media hora de “corazonada” escénica merecía la atención obtenida.

El círculo no dejó de dar vueltas durante las más de 2 horas que se vio en el pabellón principal de las instalaciones de la zona alta de Barna. Hubo tiempo para revisar el álbum de Javi (diría que se hizo el 90% los temas), otro buen puñado de cortes “made in Violadores Del Verso”, incluso tuvimos la impresión de haber catado algún rap inédito (¿qué tramas Javi? ¡No te hagas de rogar que tus ruegos se cuentan por lustros!)

Desde que arrancó la gira, incluso desde los días de Jazz Magnetism, hemos asistido a un Kase O que era todo buenas vibraciones, todo positividad, ¿un ser de luz? que se estila decir, pero también un hombre cabreado, mosqueado si se trataba de tocar asuntos serios, como los casos de La Manada y todo el machismo que destila y que recubre nuestra sociedad como una preocupante boina de contaminación. Su sensibilidad llegó al punto de pedir un minuto de silencio (bastante bien respetado por los que allí nos reunimos) en memoria de Laura Luelmo, víctima de la violencia machista.  Javier Ibarra está especialmente tocado por el tema, se ha preocupado de hacerlo saber durante todos y cada uno de los conciertos y Barcelona no iba a ser una excepción y quizá menos después del citado crimen. Tampoco escatimó en acordarse de algunos medios y cantantes del amor “al uso”, el que día sí y día también se pasea por las radios más potentes con el discurso más típico, solo comparables a esas películas románticas de sobremesa que tanto invitan a la siesta. Y menos mal que el bolo duró lo que duró, si no a saber quién habría sido el siguiente en pasar por el rodillo del de Zaragoza.

Así, entre unas y otras cosas, con tiempo para hilarantes coreografías, pasos de lockin’, oportunos bises la gira de “El círculo» se fue como el caimán: por la barranquilla. Con Kase O agradeciendo a todos y cada uno de los integrantes de su trupe técnica, a un R de Rumba director de orquesta, a un El Momo que se ha ganado sobradamente el título de hypeman. Una Muna inspiradora y ejecutiva, un Marcos resolutivo…y así todos los que han llevado el espectáculo allí donde ha sido requerido y más allá. Y con un calvo del hombre del momento, con el que quién sabe si seguir reivindicando a ese abrazafarolas y peregrino que un día fue y sin el que hoy no sería el icono de la música (así, sin modernos adjetivos) que ya es. Hasta pronto, hasta siempre.

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