¿Qué podemos decir de Kase.O que no se haya dicho ya? ¿Qué se puede añadir sobre la voz más influyente y versátil que ha dado nunca el rap español? Pues pocas cosas, pero que su nuevo disco El Círculo funciona en directo es una de ellas.
Por Alfonso Gil Royo. Fotos por Carlos Mendigutía

Y así lo demostró el pasado fin de semana del 17-18 de febrero en Madrid, con dos sold out consecutivos que demuestran que pase el tiempo que pase la cotización del zaragozano no se devalúa. «Gracias a lo que estáis aquí porque confiasteis desde el principio« dijo el propio Javier refiriéndose a aquellos afortunados precavidos que compraron la entrada en el mismo día que salieron y se agotaron. Y es que muchos de ellos quizá compraron la entrada incluso antes de haber escuchado y entendido el disco. Pero no importaba, porque un concierto de Kase.O en solitario era algo que llevaban años esperando.

Y no defraudó, la espera mereció la pena dando el pistoletazo de salida con un potente inicio en el que sonaron las tres canciones que dan comienzo al disco: «Intro« (todo un homenaje a su época maquetera), «Esto no para« y «Yemen«. Tres de los temas más fuertes de su último trabajo que pusieron La Riviera patas arriba desde el primer momento. Y es que su nuevo disco «El Círculo«, tal como era de esperar, fue el gran protagonista de la noche. Todos los temas del LP fueron puestos en escena, transmitiendo a la sala ese vaivén de emociones, esa montaña rusa anímica, que es este elepé. Con canciones que te hacen saltar y otras como «Basureta«, «Triste« o «Guapo tarde« que te vuelven a bajar a la tierra y te hacen recuperar tu lado más humano, lejos del vacile y la chulería tan presente en el rap de Javat.  Pero el nuevo disco de Kase.O es un viaje musical en el que, tras un momento de «bajón» dramático que producen canciones como esas, Don Ibarra sabe qué hacer para volverte en pie. Así lo hizo durante las dos horas que duró el concierto. ¿Y que como lo hizo? Pues recuperando esos viejos clásicos que han hecho grande su carrera.

Porque también hubo tiempo para los nostálgicos en la gran noche de «El Círculo«, y mucho. Gracias a canciones como «Pura droga sin cortar«, «Ninguna chavala tiene dueño«, «Cantando« o «Chúpala« los allí presentes nos vimos atraídos hacia un déjà vu de principios de siglo, en esos años en los que Violadores del Verso reventaba salas, cerraba festivales y era considerado el grupo más importante de la música independiente española. Parece que fue hace una eternidad aquello, pero gracias al buen hacer y la memoria de Kase.O pudimos comprobar que esa época está más viva de lo que nos pensamos. Porque aunque seguro que alguien echó de menos su tema favorito del cuarteto zaragozano (son tantas en las canciones del grupo que podríamos detenernos a añorar…), nadie pareció irse de la Riviera con la sensación de haber tenido poco.

Aunque si tuviésemos que poner un pero (siempre hay que hacerlo, es la única manera de mejorar) hay que reconocer que se echaron en falta más colaboraciones sobre la tarima de la sala. Los feats son uno de los puntos fuertes de la carrea de Kase.O, no podemos negarlo, y en esta ocasión sólo pudimos ver a Xhelazz y Sho-Hai. Dos grandes interpretando uno de los mejores temas del disco («Viejos Ciegos«), sí, pero haber escuchado, por ejemplo, a su amigo Kami cantando con él el colosal «Quieres» hubiese revalorizado el concierto.

Esto último si no tenemos en cuenta la presencia en el escenario de otras dos figuras como R de Rumba (¿Qué sería de Violadores sin él?) y de El Momo, corista y telonero del acto principal y que acabó convirtiéndose en otro de los protagonistas del concierto. Gracias a su buen papel junto a Kase.O y a la puesta en escena de su disco «El don de escuchar« (con grandes canciones como «Fluye» o «Iguálame«) y el que será su próximo trabajo, titulado «Tetsuo».
Poco más que decir de este concierto que nos trasladó a los años dorados del hiphop español (o al menos de Violadores del Verso) al mismo tiempo que nos demostraba que Kase.O está en forma y con ganas de dar guerra. Y que nos demostró que, aunque a priori no lo parezca, El Círculo es un disco que suena bien en directo y Javier Ibarra ha sabido adaptarlo perfectamente a un escenario gracias a todos los años que lleva en esto. Es lo que te da la experiencia.