Volvemos a la ciudad de Rockport y lo hacemos con la adrenalina de una ciudad que, de nuevo, se convierte en música y lo hace al son de un artista, Kidd Keo, que ya representa un estandarte del género urbano más allá de nuestras fronteras.
El volumen número 2 del «callejero musical» de las calles de Rockport, llega con pistones forjados, culata rebajada y dispuesto a llevarse por delante todos los decibelios de los altavoces que reproduzcan esta referencia. 3, 2, 1, semáforo en verde.
Texto por Pablo Izcue. Fotos archivo
NON-STOP MODE
HHL: De nuevo Kidd Keo, pero con esa sensación de que no dejas de evolucionar. Creo que, durante toda tu trayectoria, has dejado claro de dónde vienes, cuál es tu carácter y que no tienes tapujos a la hora de dar pasos hacia el horizonte, tu horizonte. ¿En qué momento personal te encuentras ahora mismo y qué te sigue haciendo querer seguir haciendo tu arte?
KIDD KEO: Ahora mismo me encuentro muy feliz, muy dedicado a mi trabajo y enfocado en ir cumpliendo objetivos. Sigo haciendo mi arte por naturaleza, como el primer día, incluso diría que ahora mismo estoy intentando ser lo más puro conmigo mismo, hacerlo pasándolo bien.
HHL: Difícilmente se me ocurre pensar en otro artista que se encuentre o se haya encontrado más expuesto que tú a la hora de seguir ejerciendo su trabajo. Lo bueno de que se haya abierto tanto el movimiento y que la música urbana también tenga sus exponentes a nivel nacional ha hecho que estés presente en los feed de mucha gente que te admira, pero que también, como no podía ser de otra manera, está pendiente de tus movimientos para ejercer su crítica.
Sobre ti habrás escuchado de todo, por lo que deberías de estar acostumbrado después de toda tu carrera, pero, hoy en día ¿te incomoda que vivas con una especie de foco encima de todo lo que haces? ¿Qué es lo que peor llevas de ser un personaje público?
KK: Bueno lo peor de esto es la sobreinformación y tergiversación de las cosas, y con los años intento aprender a dar mi mensaje más claro y conciso. Sigue sin importarme mucho lo que diga la gente, pero he llegado a un estado en el que, simplemente no existen para mí. Intento vivir mi vida centrado en la realidad y no el móvil, e intento (aunque me cuesta) «dar la cara» solo para aportar algo a mis fans. Intento dar la información correcta, sin sobrealimentar.
DE VUELTA A LAS CALLES
HHL: «Rockport» es tu territorio y está de vuelta. Vuelve la atmósfera y las agujas de las rpms vuelven a ir hasta el corte. Si tuvieras que definir en pocas palabras qué representa esa idealización urbana, ¿cómo lo harías? Y sobre todo, ¿por qué vuelves de nuevo a Rockport? ¿Llegaste a irte alguna vez?
KK: Rockport para mí ha sido la evolución de mis calles. Pasaron de ser todo, estar en el parque y vender droga a poder tener dinero y desarrollar mis pasiones, como los coches. Además, es algo bastante loco, te explico: cuando era pequeño, jugué una saga de videojuegos que me marcaron en mi trayectoria a querer convertirme en alguien. Yo de pequeño soñaba con vivir la vida que jugaba en videojuegos, y eso impulso mi ambición por ser quien soy hoy.
Cuando firmé mi contrato con Warner y empezó a entrar dinero y tuve que empezar una nueva etapa en mi carrera, coincidió con la época en la que finalmente pude comprar coches, modificarlos y vivirme mi sueño de niño. Entonces pensé en hacerlo más grande aún, hacer que todo el mundo viviese dentro de ese videojuego y así no jugaría solo. Mezclándolo con mi arte, las redes sociales y mi dinero (el dinero que gano de mi arte) podía crear ese mundo (en ello estoy). Si lo mezclo todo y lo convierto en «esa ciudad, Rockport» como cuando era niño.
HHL: Poco antes de terminar la entrevista nos llegaba tu nuevo proyecto, un EP titulado Rockport Espacial 2. ¿Por qué hacer esta partición de un Rockport Espacial 1 y un Rockport Espacial 2? ¿Por qué no lo hiciste con un álbum tan extenso como Back To Rockport?
KK: El proceso creativo de los «Espaciales» es muy diferente a mi forma normal de crear música, cada canción se «va para un lado» y es un descubrimiento y trabajo que necesita meses de desarrollo. No podría hacer un álbum porque no tendría fin: siempre sale un sonido nuevo a mezclar o una idea, así que prefiero ir empaquetándolos en bloques e ir mostrándoselo a la gente. A su vez, dentro del mundo de Rockport representan «temporadas» acompañadas de colecciones de ropa, actualizaciones en los videojuegos, eventos, etc.
HHL: Una de las cosas que van a levantar la ceja a más de uno es tu colaboración con Omar Montes, una suma a priori inesperada para vuestros respectivos públicos. ¿Cómo surge la juntera? ¿Cuáles son esas cosas que os unen, aparte de compartir espacio en “TikTak Love”? ¿Cuánto hay de provocación, de llamar la atención y cuánto de conexión musical en esta alianza?
KK: El junte con Omar Montes fue una decisión mía en un intento por juntar dos estilos completamente diferentes, pero yo conozco a Omar desde hace mucho tiempo y mi mánager y hermano David Patrón tiene una larga relación con él. Yo soy muy mío, entonces si no hubiese existido esa conexión no me hubiese sido tan fácil llamarlo y pedirle que me mandase algún tema que tuviese sin sacar y me dejase quitarle todo, coger la vocal, destruir la canción y construir otra encima, pero ese era mi plan, hacer algo nuevo. Trabajé si voz y la base primero y luego yo escribí encima intentando que cuadrase el invento de ritmo, con la voz tan personal de Omar y bueno, hice lo que pude (risas).
HHL: Por mi parte, suelo cerrar los ojos, darle al play e imaginarme dónde me lleva la música que escucho antes de ponerme frente al artista. Con Rockport Espacial Vol.2 la yema de mis dedos parece palpar la desgastada llave de un Evo VII que gira en media luna y arruina el sueño de todo mi barrio con el estruendo de su atronador escape, antes de salir a evadirme después de todo un día de rutina. Supongo que le pasará a cualquier aficionado a los coches, incluido a ti. ¿De dónde te viene esa afición? Venga va, ¿cuál sería el coche con el que recorrerías sus calles?
KK: Bueno esa afición viene de muy pequeño, no me preguntes de dónde porque no lo sé. Quizás de mis tíos que eran aficionados al rally, de mi padrastro o no sé, pero me encantaban de chiquito y ahora, solo que yo era muy pobre para pensar en coches y tuning, en cuando he podido me he puesto al día (risas).
En cuanto a la segunda pregunta te explico: mis aficiones emergen e intento darles ese toque personal a todas, no me gusta un solo coche ni ya lo que es un coche, sino lo que puede llegar a ser. En un coche veo adrenalina, diseño, imagen social, poder, efectividad, transporte y libertad. Todo pudiendo darle un toque mucho más personal del que existe. Y cada coche tiene su personalidad e imagen propia. Entonces, aunque tengo mis preferidos, lo son por las ganas que tengo de llevarlos al extremo, pero no podría decirte uno en particular. Bueno sí, Pagani Zonda Cinqué.
HHL: Si hablamos de coches, voy a llevarte a Japón, donde los kanjozoku representaban el espíritu rebelde en una juventud inmersa en su pasión, la de las carreras callejeras a bordo de coches que representaban todo lo que eran como personas.
Esa expresión de adrenalina, independencia, expresividad y contundencia al volante no distan mucho de tu forma de hacer música. Ellos huían de la rutina y la realidad, y se escapaban de todo control por mucha patrulla que se les pusiera por delante. Tú llevas años poniendo tu sentimiento en los tracks que creas sin importarte los estándares o las reglas, pero ¿cuánto de importante es para ti el sentimiento y ser tú mismo a la hora de expresarte? ¿Sientes verdadero amor por lo que haces?
KK: Vaya, podría responderte la primera parte con la respuesta de arriba respecto a los coches. ¿La verdad? Ya no es amor lo que siento, va más allá, ahora en la actualidad veo muchos artistas que se convierten en artistas como sin querer, o la percepción de «artista» esta distorsionada.
Un niño pega un tema y lo llaman artista y no lo estoy criticando, ¿eh? Para nada. Simplemente los tiempos han cambiado. Yo me crié con mi madre, que es artista, ilustradora, escultora y muy crítica y me desarrollé toda la vida viviendo con eso. A los 12 años cantaba, bailaba, pintaba e intentaba diseñar y le dije a mi madre que me haría famoso y rico (lo típico de niño pequeño), pero seguí en lo mío y, a los 19 años (7 años después) “me pegué» cuando llevaba casi 10 años de desarrollo en silencio.
Entonces, ahora mismo a los 26 años, llevo tanto tiempo amándolo y viviendo o «haciéndolo» que hasta cuando no lo amo, es lo único que sé hacer. Mi vida no es otra que levantarme a ver que me invento. Y siempre ha sido mi sueño.
VALORES Y SOCIEDADES
HHL: Si idealizamos territorios, también podríamos pensar en sociedad. Tenemos mucha curiosidad por saber cómo serían los valores e identidades que representaran la sociedad creada al gusto de Kidd Keo. ¿Qué sería lo más importante o lo que más valorarías si pudieras ejercer de creador? ¿Qué aspectos morales crees que nos faltan hoy en día y elegirías tener en tu propio mundo?
KK: Me parece que lo que falta en el mundo es mirarse como el otro, y a la vez mirarse dentro, pero mirarse a malas. La gente siempre mira lo malo fuera y lo bueno dentro y debería ser al revés. Muchos de nosotros somos peores que lo que juzgamos.
También valoro mucho el respeto real. Respetar a una persona no es irse a cagarse en él a otro lado. Es que, aunque no te guste, sepas que existe, y mientras no te moleste directamente, físicamente, mientras te deje ser, lo dejes ser tú a él. Si la gente tuviese más de eso, todos aprenderíamos a perdonar, pasar más de tantas movidas y a hacer las cosas correctamente.
HHL: Después de la utopía volvemos a la realidad, al mundo en el que vivimos. Después de una pandemia mundial que parece no querer abandonarnos donde se ha puesto en entredicho el castillo de naipes en el que estábamos viviendo en todos los aspectos. ¿Cómo crees que vamos a salir de esta mentalmente? ¿Crees que volveremos a vivir las cosas tal y como las vivíamos antes?
KK: Con el tiempo la gente se olvidará, pero a los que les haya tocado en proceso de aprendizaje, van a estar unos años más lentos. El otro día ví un video de una chica que decía «empecé la cuarentena con 15 y casi tengo 18». Por ejemplo, esos niños no saben lo que es el mundo de la noche, como muchas otras cosas. Y parecen tonterías pero no lo son.
HHL: Y ya que nos ponemos visionarios, me gustaría saber dos cosas. La primera es si hace 10 años te veías donde estas hoy. Y la segunda es cómo te ves dentro de 15 años. ¿Qué cosas hubieras cambiado? ¿Cambiarías algo de tu hoy para tu propio futuro?
KK: Hace diez años me veía donde estoy hoy, sí, pero he de decir que, por aquel entonces recuerdo que me decía a mí mismo «si a los 25 tengo un Mercedes CLS, entonces voy bien». He pasado esa barrera hace mucho, pero sí, estaba decidido a ser exitoso.
Dentro de 15 años me veo con una torre muy a lo Tony Stark, no sé porque, y como muy «fresco» y a veces en traje pero a lo superhéroe, no a lo bancario.
Si me pongo a recordar errores, habría cambiado algunos, pero creo que no sería quien soy cambiando esas cosas y a donde me llevaron, me hubiese encantado no cometer errores de niño, pero, ¿cómo podría convertirme algún día en un digno hombre?
HHL: Y para terminar, Kidd, para que cuando terminen estas líneas aquellos que no te conocen y tengan curiosidad de escuchar tu música. ¿Cómo les explicarías lo que van a encontrarse y cómo te gustaría que afrontaran el hecho de darle el play a la primera de tus canciones que van a escuchar?
KK: Os vais a encontrar a Keo, que es capaz de todo, igual que todos ustedes.