La Escolanía de Montserrat, uno de los coros más emblemáticos y antiguos de España, ha aclarado recientemente los motivos que llevaron a aceptar colaborar con la cantante Rosalía, en un proyecto que ha generado tanto expectación como debate. La institución, reconocida por su tradición centenaria y su dedicación a la música sacra, explicó que su participación no se produjo por simple conveniencia o exposición mediática, sino por el enfoque artístico y espiritual que ofrecía la colaboración. “Para hablar de Dios según de qué manera no hubiéramos accedido”, comentó uno de sus representantes, destacando la intención de mantener la integridad y la profundidad de su mensaje religioso dentro de un contexto moderno.

La Escolanía de Montserrat es conocida por su trabajo en la basílica del monasterio, interpretando cantos gregorianos, música polifónica y piezas litúrgicas que forman parte del patrimonio cultural y espiritual de Cataluña y de España en general. Su historia se remonta al siglo XIII, y desde entonces ha sido un referente en la formación musical y la transmisión de valores religiosos a través del arte. Participar en un proyecto contemporáneo como el de Rosalía supone un desafío y una oportunidad, dado que su misión principal siempre ha sido preservar la pureza de su repertorio sacro.

Según explican desde la Escolanía, la clave para aceptar la colaboración estuvo en el respeto y la propuesta artística de Rosalía. La cantante, conocida por su capacidad de fusionar flamenco, pop y ritmos urbanos, presentó un concepto que permitía incorporar elementos religiosos sin trivializarlos, y que ofrecía un espacio para expresar la espiritualidad de manera innovadora. La Escolanía valoró que la intención de Rosalía no era meramente comercial, sino que había un interés genuino en explorar la dimensión religiosa y emocional de la música.

El diálogo entre la Escolanía y Rosalía incluyó reuniones en las que se debatieron los límites, la manera de interpretar las piezas y cómo se podía mantener la esencia de los cantos litúrgicos dentro de una propuesta moderna. Este proceso permitió que ambas partes encontraran un equilibrio: la Escolanía podía respetar su tradición y su vocación, mientras que Rosalía tenía la libertad de crear un proyecto contemporáneo y atractivo para un público diverso. Este enfoque colaborativo subraya la importancia de la comunicación y el respeto mutuo en proyectos que cruzan la frontera entre lo sacro y lo popular.

La colaboración también ha servido para acercar la música de la Escolanía a nuevas audiencias. Muchos jóvenes que siguen a Rosalía han mostrado interés por el trabajo del coro y por la tradición musical de Montserrat, generando un puente entre generaciones y estilos musicales. Desde la Escolanía destacan que esta visibilidad no cambia su compromiso con la música sacra, pero sí permite que su legado cultural llegue a quienes quizá no habrían tenido contacto con él de otra manera.

Por otro lado, la participación en el proyecto se percibe como una experiencia enriquecedora para los miembros del coro, que han podido experimentar un entorno musical distinto al habitual, adaptarse a nuevas formas de producción y explorar la interacción con géneros contemporáneos sin comprometer la integridad de su interpretación. Esta experiencia ha reforzado la idea de que la música puede ser un vehículo de diálogo entre tradición y modernidad, capaz de transmitir mensajes universales sin perder su esencia.

La Escolanía de Montserrat justifica su colaboración con Rosalía en términos de respeto, innovación y diálogo cultural, destacando que se trató de un proyecto que permitió abordar la espiritualidad y la música sacra de una manera inédita. La decisión de participar refleja una apertura a nuevas formas de expresión artística sin abandonar los valores y la misión que han definido al coro durante siglos, demostrando que la tradición puede coexistir con la modernidad de manera creativa y significativa.

La Escolanía de Montserrat explica por qué aceptó colaborar con Rosalía